XXX » Cholotube > Peruana nalgona cabalgando una gran pinga como toda una perra, llenándose la concha de pegajosa leche caliente como le gusta
Estaba en semana santa en una casa alquilada en la playa y tenía un compañero de habitación, mi compañero estaba sabroso. Llevábamos ahí varios días y había hablado pocas veces con él, se llamaba: “Jesús”, un hombre ideal con quien pasar mi semana santa.
Una noche estábamos los dos peleando contra los mosquitos, hasta que el me dijo: “Tengo protector contra insectos, si quieres te echo”, yo como buena chica le dije: “Si, muchas gracias”. Me fui para su cama y el comenzó a frotarme con la crema contra insectos. Empezó por los brazos y me pregunto si quería que me echara en todo el cuerpo, le dije que si, pues no quería que los mosquitos me molestaran. Me quite la camiseta y comenzó a echarme crema en la espalda, empezó a moverse abajo, Empecé a arrecharme un poco, mientras iba sintiendo sus manos pasando por todo mi cuerpo, cuando empezó a untarme crema en las piernas me le quede mirando fijamente, tome su cara la acerque a la mía y lentamente lo bese, nos quedamos viendo un rato, hasta que nos empezamos a besar otra vez, el me lamio los labios y eso me encanto, sentí su lengua contra la mía, me hizo poner más arrecha.
Me quite los shorts y las bragas, el sostén. Jesús se quito rápidamente la camiseta y sus pantalones cortos dejando al descubierto su gran miembro, no tenia ropa interior, tenía una enorme pinga y de tantos besos ya estaba dura, listo para cachar. Me coloque como una perra en la cama, dejando mi concha a el aire lista para ser embestida por la gran pinga de Jesús, pude sentir la gran cabeza de ese miembro mientras lo movía por mi concha mojada, Estaba tan excitada quería que lo metiera ya dentro de mí.
Me la metió, gemi muy fuerte cuando sentí su gran miembro caliente entrando por mi concha, empezó a bombear, era una casa alquilada así que la cama se movía de un lado al otro con cada embestida, tenía un espejo frente a mí y podía ver cada vez que el me la metía iba muy rápido, Eso me volvía loca, estaba tan mojada, me saque su pinga y lo acosté para montarme sobre esa pinga gigante, al metérmela comencé a cabalgar, saltaba y saltaba sobre él, podía vernos follando en un espejo en el armario de la habitación, veía como su enorme miembro entraba y salía de mí, me hacia moverme más rápido, el empezó a embestirme también y yo solo comencé a gritar de placer, me tomo y me dio la vuelta completamente en la cama, quede boca abajo, y comenzó a embestirme con mucha fuerza, solo podía gemir, estaba en un gran orgasmo, luego el exploto dentro de mí, me relleno con toda su leche, podía sentir como su semen caliente y pegajoso se escurría por mi machacada concha.